Pedir la custodia compartida con éxito es una de las prioridades de cualquier progenitor tras la ruptura. Y es que tras las separaciones o divorcios con hijos, uno de los elementos críticos suele ser su educación y crianza.

Durante la disolución matrimonial resulta fundamental contar con la asesoría de especialistas empáticos, que hayan transitado esta clase de procesos en anteriores ocasiones y puedan ofrecer un consejo que no esté únicamente basado en la técnica jurídica. Solo de este modo se pueden evitar problemas de convivencia, que repercutirán negativamente sobre los hijos.

Pero, incluso cuando se realizan esfuerzos por llegar a una solución pacífica, es frecuente que haya que terminar en los tribunales para reivindicar la custodia de los hijos.

Por eso vamos a explicar en qué casos se puede pedir la custodia compartida con éxito, recopilando algunos de los criterios esenciales de la doctrina. Si, tras leer este artículo, crees que estás en condiciones de reivindicar la custodia de tus hijos, no tienes más que contactar con nosotros para que te ofrezcamos asesoría especializada y personalizada.

Cómo pedir la custodia compartida con éxito

Lo primero que debemos considerar a la hora de decidir el régimen de custodia de nuestros hijos es su bienestar. Recordemos que nuestro ordenamiento jurídico siempre atiende al interés superior del menor, así que un Juez solo aprobará este régimen de custodia si es el mejor para los menores.

Hay quien pide la custodia compartida para no tener que pagar la pensión de alimentos. Pero como ya explicamos en un artículo anterior, es posible que te tengas que hacer cargo de esta pensión incluso habiendo obtenido la custodia compartida. Así que insistimos, el móvil para pedir la custodia compartida no debe ser económico, sino el puro interés del menor.

Pero, ¿cómo decide el Juez cuál es la opción más favorable para los pequeños?

Como ocurre con otras cuestiones de Derecho de Familia, determinar el interés superior del menor es una operación casuística. Hay que atender a todas las circunstancias que concurren. Y cada caso se resuelve a su manera.

Pero existen algunos criterios doctrinales que nos ayudarán a prever si podemos pedir la custodia compartida con éxito.

Circunstancias familiares

Uno de los criterios fundamentales a la hora de aprobar o denegar la custodia compartida son las relaciones familiares. Nos referimos a:

  • Relación de los progenitores entre sí y para con el hijo. El Tribunal Supremo valora la cordialidad y el respeto, básicos para garantizar una educación y desarrollo pacíficos y equilibrados para los menores.
  • Cumplimiento de deberes paternofiliales. También es crucial la dedicación de cada progenitor a la crianza y educación de sus hijos, así como la participación en las actividades de su día a día.

Recordemos que una ruptura conflictiva puede afectar negativamente a las relaciones familiares. Estas se evaluarán conforme a los informes del equipo psicosocial y los deseos manifestados por los menores. Por tanto, conviene minimizar las fricciones propias de una crisis matrimonial si queremos solicitar la custodia compartida con éxito.

Al margen de las relaciones interpersonales, existen algunas circunstancias familiares que pueden afectar al régimen de custodia aprobado. Por ejemplo:

  • Es difícil conseguir la custodia compartida en el caso de menores lactantes. Lo más probable es que en estos casos haya que pactar un régimen transitorio o reivindicar este régimen de custodia cuando el menor comience a tener autonomía.
  • También estamos ante una situación compleja si tratamos de separar a hermanos, situación rechazada por el artículo 92.5 del Código Civil.

En definitiva, una de las claves para solicitar la custodia compartida con éxito es garantizar un entorno familiar estable, similar al que venían disfrutando los menores y que les asegure un desarrollo pacífico y próspero.

Circunstancias ambientales

Al margen de las circunstancias familiares, que son las que más pesarán en la decisión, el equipo técnico y el Juez también tendrán en cuenta las circunstancias ambientales.

  • Un empleo que exige constantes desplazamientos o que se encuentra lejos del núcleo familiar y social de los menores puede ser un impedimento para la custodia compartida. Incluso la lejanía entre las residencias de cada uno de los progenitores puede suponer un freno para este régimen de custodia.
  • Del mismo modo, las conductas adictivas o un entorno desestructurado serán obstáculos para la concesión de este régimen.

Los equipos psicosociales, por tanto, vigilan de cerca el entorno laboral y social de los progenitores. Pero también la vinculación del hijo con los padres, familiares y amigos, los móviles del progenitor para pedir este régimen de custodia, sus competencias educativas y disponibilidad temporal y la existencia de conductas disruptivas e incluso psicopatologías.

De nuevo, la coparentalidad está subordinada al interés superior del menor, que puede verse afectado por los recursos o necesidades de los padres y su grado de vulnerabilidad social.

Escala de evaluación de la custodia compartida

Todos los elementos expuestos se tienen en cuenta a la hora de evaluar la conveniencia de la custodia compartida. En este sentido, la Guía de Custodia Compartida del CGPJ (que puedes consultar aquí) recoge una escala propuesta por Rafael Alcáraz Ruiz.

Esta escala, que es meramente orientativa, toma en consideración los siguientes valores:

  1. Corresponsabilidad y predisposición para el diálogo constructivo.
  2. Modelo educativo común.
  3. Valoración del conflicto.
  4. Implicación en la crianza y educación de los hijos.
  5. Proximidad de los domicilios. Arraigo social, escolar y familiar.
  6. Medios materiales suficientes.
  7. Edad de los hijos/as.
  8. Voluntad de los menores.
  9. Figuras de apego.
  10. Disponibilidad de tiempo. Conciliación familiar y laboral.
  11. Plan de atención al menor viable.

Además, valora negativamente los siguientes factores de riesgo:

  1. Progenitor abusivo o negligente.
  2. Consumo de drogas no tratado o con tratamiento de deshabituación o desintoxicación inconcluso.
  3. Problemas de salud mental o problemas de salud física (invalidez en grado severo) que afecten a la capacidad para atender a las necesidades de los hijos/as.
  4. Violencia familiar.
  5. Alto conflicto parental.
  6. Ausencia de comunicación entre progenitores.
  7. Estilos educativos divergentes y cuestionamiento mutuo de las figuras de autoridad.
  8. Distancia física entre los hogares.
  9. Características especiales de los menores: problemas emocionales o de conducta, patologías físicas graves…

¿Puedo pedir la custodia compartida si ya me la han denegado?

Siempre que el ámbito familiar y social lo permita, se puede solicitar la custodia compartida con éxito desde el mismo instante de la ruptura. Para ello será necesario aportar un plan de atención, como explicamos en nuestro artículo sobre los requisitos de este modelo de custodia. El equipo psicosocial realizará su evaluación, aunque salvo que haya acuerdo entre las partes, será el Juez quien tenga la última palabra.

En el caso de que la custodia compartida se haya denegado, el progenitor interesado contará con la documentación para saber qué ha fallado. Recordemos que, debido a la importancia de sus fallos, las Sentencias siempre son motivadas.

Como hemos visto, puede que se le haya denegado este régimen por tener conflictos con su ex pareja, por atravesar una situación de insolvencia o de drogodependencia o simplemente por vivir lejos o ser sus hijos demasiado pequeños. En todos estos casos se podrá volver a pedir la custodia compartida una vez haya concluido la causa por la que se denegó. Bastará con diseñar un plan de atención al menor viable y solicitar una modificación de medidas paternofiliales.

Lo más recomendable es hacerlo con el concurso del otro progenitor y asistido por un abogado especialista. Pero incluso cuando el otro progenitor se niegue a aceptar este régimen de custodia, puede solicitarse un cambio en el régimen de custodia siempre que vaya a favorecer a los menores.

En resumen, podemos pedir la custodia compartida con éxito tanto en el momento de la ruptura como en cualquier momento posterior. Lo único que se nos exige es que podamos garantizar que mediante este sistema el interés superior del menor estará mejor atendido. Si necesitas ayuda para iniciar este trámite, no dudes en contactar con nosotros.